Iris está enamorada de un hombre que va a casarse con otra. Al otro lado del planeta, Amanda acaba de descubrir que el hombre con el que vive le es infiel. Dos mujeres que no se conocen de nada y que viven a 10.000 kilómetros de distancia se encuentran en la misma situación. Empiezan a hablar on line en una página web dedicada al intercambio de casas y, sin pensárselo dos veces, deciden hacerlo. Iris se instala en la casa de Amanda en la soleada California, mientras que Amanda aterriza en el nevado campo inglés. Al muy poco de llegar, las dos encuentran lo que menos esperaban o querían: un nuevo romance.....El descanso Critica: “The Holiday” no es nada nuevo y nada del otro mundo: en el fondo una prescindible cinta de intercambios con ambientación navideña. Lo que sí interesa es su conjunto de actores, donde destacan un inédito Jack Black ejerciendo de galán en la comedia romántica seria y la ya más que ratificada a golpe de nominación al Oscar y gran actriz, Kate Winslet. Nancy Meyers parece que desde “Cuando menos te lo esperas” se ha propuesto sentar las bases de la salvable y aceptable comedia romántica actual y “The Holiday”, pese a pecar en cuanto duración y argumento trillado, supone una película con cierto encanto. Tal vez se deba a esa historia de dos pijas redomadas desencantadas con el amor (a las que más de una pondría gustosamente a fregar escaleras y lavar calzoncillos repletos de zurrapas para curarlas de su amargor sin necesidad de abandonar su hogar), su mirada nostálgica al Hollywood clásico y hacer bromas con el actual, en forma de trailer, gracias al personaje que interpreta Cameron Diaz. “The Holiday” supone unas agradables vacaciones en forma de gratificante exilio para el sufrido espectador de este género y que valorarán más y mejor el sector femenino.....El descanso
Cuatro madres se juntan para cenar y pasarlo bien. Cuando la noche da un giro inesperado, estas cuatro mujeres descubrirán que tienen más cosas en común de lo que pensaban. Fun Critica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Fun Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Fun
Un emigrante cubano frío y sanguinario, Tony Montana, llega de Cuba para instalarse en Miami, donde se propone hacerse con un nombre dentro del crimen organizado de Florida. Junto a su amigo, Manny Rivera, inicia una ascendente carrera delictiva. Scarface Caracortada Critica: No cabe duda que el personaje de Tony Montana es y será uno de los más populares de la historia del cine porque dice y hace muchas de las cosas que a todos nos gustaría decir y hacer pero que no podemos. Y por eso y por alguna cosa más esta película gusta tanto. Caracortada Y eso que la película fue un fracaso en su día, y entre otras cosas Brian de Palma recibió la nominación al premio Razzie como peor director cosa que me parece muy desproporcionada, porque aunque su dirección no es buena y la mayor parte de las cosas que chirrían son culpa suya con unas cámaras lentas infantiles y algunos planos bastante torpes, no lo hace tan mal como de costumbre. No cabe duda que “Atrapado por su pasado” (Carlito's Way) es la mejor película de Brian de Palma, aunque esta sea la que tiene mayor fama en nuestros días. Caracortada La película tuvo problemas desde el momento, desde con los propios cubanos de Miami, que obligó a trasladar la producción a California a lo más importante que fue el abandono de Sydney Lumet del proyecto, cosa entendible leyendo el guión, ya que su carga política es menor cada vez que avanza el metraje y aumenta progresivamente la violencia hasta el orgasmo final. En cierta forma De Palma adelanta a toda la generación de directores tipo Tarantino que tenemos hoy en día, no olvidemos que acaba de salir recientemente el video juego de esta película donde esencialmente se trata de darle al gatillo, algo que muestra que es lo que ha quedado en la retina de toda la historia que escribió Stone. Caracortada
Una mujer que lucha con la inseguridad se despierta de una caída creyendo que es la mujer más bella y capaz del planeta. Su nueva confianza le permite vivir sin miedo, pero ¿qué sucede cuando se da cuenta de que su apariencia nunca cambia? ¡Qué guapa soy! Critica “I feel pretty” es una célebre canción compuesta por los grandes maestros Leonard Bernstein y Stephen Sondheim para la película “West Side Story”, uno de los musicales más aclamados de todos los tiempos. Posteriormente, fue interpretada por Adam Sandler, a petición de Jack Nicholson, en “Ejecutivo agresivo” y ahora figura como título original de “¡Qué guapa soy!”. Esta introducción interrelacionando títulos de cintas refleja ya a las claras un manifiesto declive, la misma devaluación irreversible que padece la comedia americana, empeñada en autodestruirse a base de ideas pueriles, comicidad simplona y estereotipos caducos. Dejando al margen a un pequeño y selecto grupo de cineastas, los estrenos estadounidenses pertenecientes a este género carecen de auténtica originalidad, inventiva y creación artística, limitándose a explotar clichés, chistes fáciles y referencias sexuales. Abby Kohn y Marc Silverstein debutan en la dirección con este film, aunque antes habían sido los guionistas de “Nunca me han besado”, “Qué les pasa a los hombres” o “Mejor... solteras”, ejemplos muy significativos de esa decadencia a la que me refiero. Al situarse detrás de la cámara, continúan desarrollando el mismo estilo de cine que marca su carrera. No niego que tal vez algunas de sus ideas puedan tener cabida en programas de humor confeccionados sobre enlaces de sketches, pero una producción cinematográfica implica un proyecto de mayor envergadura que necesita de una historia y unos personajes interesantes, bien definidos y construidos, y de una cierta habilidad artística y narrativa para plasmar en imágenes las ideas y el entretenimiento que se pretenden transmitir. En “¡Qué guapa soy!” todo esto es secundario, por no decir inexistente, reduciéndose a filmar con escaso acierto una trama que trata infructuosamente de resultar graciosa y, para colmo, bajo el artificial y endeble manto de una supuesta moraleja políticamente correcta. Cuenta las desventuras de una joven que afirma ser más hermosa después de haber sufrido un pequeño accidente. Pese a su percepción, lo cierto es que mantiene el mismo aspecto de siempre. Sin embargo, su renovada confianza en sí misma le lleva a ascender en la empresa de cosméticos para la que trabaja. Recuerda en cierta medida a “Amor ciego”, de otra pareja muy reconocida en la comedia, los hermanos Peter y Bobby Farrelly. Para ser una supuesta comedia, a mí me deprimió verla. A medida que avanzaba el metraje sin lograr arrancarme siquiera una sonrisa, se apoderó de mí la melancolía, culpa de la deriva desnortada que arrastra este género en Norteamérica. ¿Qué queda de “Atrapado en el tiempo”, de Harold Ramis? ¿O de “El gran Lebowski”, de los hermanos Coen? ¿O de “Cuando Harry encontró a Sally”, de Rob Reiner? Woody Allen resulta cada vez más dramático. Tan solo Jason Reitman y Alexander Payne mantienen el pulso, si bien sus trabajos muestran también un innegable regusto por la amargura. En definitiva, la buena comedia, pura y sin condimentos que la desvirtúen, atraviesa un mal momento. La actriz Amy Schumer, cuya fama proviene de la televisión y que en la gran pantalla ha participado en “Y de repente, tú” y “Descontroladas”, desempeña el papel protagonista, enésima muestra del debilitamiento que trato de denunciar en esta crítica. Cierto es que le acompaña una magnífica intérprete de brillante currículum como es Michelle Williams (“Blue Valentine”, “Mi semana con Marilyn”, “Manchester frente al mar”, “Todo el dinero del mundo”) aunque, en esta ocasión, sin un contenido que le permita brillar a su nivel habitual. Asimismo integra el reparto a modo de reclamo alguna que otra modelo que reina en el paralelo universo de Instagram. En todo caso, nada hay que evite el naufragio de la película. ¡Qué guapa soy!
Rick Stevens está dispuesto a hacer lo que sea para ganar el corazón de Nina Pennington. Tratando de conquistar a la chica de sus sueños, tendrá que lidiar con la psicópata de su ex, la atractiva madre de su mejor amigo, un maníaco gerente de un club de stiptease, un director pervertido, un sacerdote lujurioso, su madre suicidio y un santo patrón con pata de camello. Nadie dijo que el amor era fácil. Mal comportamiento Critica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Mal comportamiento Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.Behaving Badly Mal comportamiento
Remake de la película "La última casa a la izquierda", dirigida por Wes Craven en 1972. Mari Collingwood llega con sus padres a la casa que tienen junto al lago para pasar unos días. Esa misma tarde, saliendo por la zona con su amiga Paige, ambas son secuestradas por Krug, un psicópata que ha escapado de la cárcel, y sus compañeros, su perturbada novia Sadie, su sádico hermano Francis, y su anulado hijo Justin. The Last House on the Left La venganza de la casa del lago Critica: Entre esa casa de invitados añadida para la ocasión, un personaje que no pinta absolutamente nada (el del hijo) y una conclusión que da mil vueltas sin aportar, si quiera, un ápice de lucidez o reflexión, "La última casa a la izquierda" se convierte en el enésimo paso en falso de un realizador europeo al cruzar el charco. En este caso, se trataba ni más ni menos que del griego Iliadis, autor de la fantástica "Hardcore" y que, una vez visto su debut, parecía que aportaría algo más que unos leves tintes de identidad propia y alguna que otra secuencia tan incómoda como malsana. Claro que la palabra "parecía" se le antojará utópica a más de uno sabiendo que tras todo el trabajo están los de siempre, metiendo la zarpa. La venganza En primer lugar, y si buscamos su referencia más inmediata (es decir, el film original sobre el que se sustenta, que no es otro que la infravalorada peli de Craven de mismo título), cabría decir que esa referencia, por infravalorada e interesante que pudiese resultar en su día, pedía un remake a voces. No... no porque la película del autor de "Scream" sea mala o parezca menor en su filmografía, sino porque tras todos estos años ha quedado un tanto desfasada, y tanto su estética como el pequeño ejercicio de reflexión que suponía pasaría por alto visto a día de hoy por cualquier espectador desacostumbrado a las películas con el presupuesto que debió tener aquella. La venganza Si continuamos analizando el material que nos regala en el film actual Iliadis, nos topamos con una cinta en la que el griego sabe agarrar muy bien el timón y, sin demasiada complicación, trenzar una presentación de personajes nada estereotipada o estúpida, así como un arranque de lo más esperanzador, que invita a contemplar la obra gracias a su buena factura y una labor actoral que no parece, para nada, desentonada. La venganza