Dos jóvenes boxeadores unen fuerzas con un benévolo prestamista para destruir a un despiadado usurero que se aprovecha de los más vulnerables.
El último vagón es una oda a los profesores, comprometidos y con vocación, capaces de sacrificarse por la enseñanza y dejar huella en sus alumnos, que sigue la historia de don Ernesto y sus alumnos que, en la escuela vagón Malinalli Teneplat, verán cambiar sus vidas durante el curso escolar.....El último vagónCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El último vagón
Una adolescente con problemas, que lucha por hacer frente a la muerte accidental de su padre, sospecha que el misterioso asesino que acecha en su ciudad natal, no es solo su vecino, sino el nuevo interés romántico de su madre.
El capitán Jack Sparrow se enfrentará a un grupo de piratas-fantasma comandados por una de sus viejas némesis, el terrorífico capitán Salazar, recién escapado del Triángulo de las Bermudas. La única posibilidad de Sparrow para salir con vida es encontrar el legendario Tridente de Poseidón, un poderoso artefacto que le da a su poseedor el control de los mares. Piratas del Caribe: La venganza de SalazarCritica: O así es como se debería llamar en España, y no la venganza de un personaje que ni siquiera hemos oído hablar. Para empezar, La Venganza de Salazar es, a mi parecer, una muy buena secuela de esta saga. Tiene sus puntos negativos, pero mejora a la anterior (aunque no era muy difícil) y la pone casi a la altura de las dos primeras partes. Vayamos por partes.La primera hora de metraje me parece brillante, una excelente primera escena, presentación de personajes y un buen ritmo. Jack Sparrow sigue haciendo de las suyas, y sí, sigue con el mismo tono, no varía su personaje y es por eso que da gusto pagar la entrada por ver de nuevo a Johnny Depp encarnando a su mejor personaje. La aventura de esta entrega me parecía interesante a priori, mejor que la anterior y con un tesoro que podría dar mucho juego a la trama junto con unos espectaculares efectos espciaes. A parte de Depp, cabe destacar como casi siempre, a Geoffrey Rush (Barbosa) que siempre está a la altura de su personaje y brilla cada vez que sale en la pantalla. Y por último, me quedo con el Capitán Salazar (Javier Bardem) que, junto con Davy Jones, es de los mejores villanos de la saga. Brillante su actuación, con una interpretación y caracterización bestiales.En lo negativo, quedaría una segunda hora un poco floja en acción y en el desenlace final. El cual me ha parecido un tanto sencillo de resolver. Quizá es por esto que no llegue a estar a la altura de las dos primeras partes. En cuanto a los personajes, lo mal desaprovechado que está Will Turner (Orlando Bloom)* y Salazar, ya que este último he echado en falta más escenas de él, me he quedado con ganas de ver más a este personaje. Los efectos especiales, como ya he dicho antes, bastante bien, lo único que me ha chirriado un poco era el pelo de Salazar, un tanto extraño. La banda sonora correcta, y eso es lo negativo, que en las anteriores entregas era mucho más que eso.En definitiva, es una película que anhelaba desde hace mucho tiempo y no me ha defraudado. He disfrutado muchísimo viendo de nuevo a los personajes. Sí creo que la podrían haber hecho mucho mejor, pero me da que se están reservando algunos personajes para próximas entregas, y yo encantado de verlas. Quiero más de Piratas del Caribe, es de las pocas sagas que jamás me canso de ver. Si eres fan de la saga, te gustará y no te vayas antes de los créditos, que un personaje de las anteriores hace acto de presencia en una escena postcréditos.**
Riley conoce a Kyla en el instituto, una chica solitaria de la que rápidamente se vuelve amiga íntima. Pero pronto descubre la obsesión que tiene su nueva compañera.
Rick Stevens está dispuesto a hacer lo que sea para ganar el corazón de Nina Pennington. Tratando de conquistar a la chica de sus sueños, tendrá que lidiar con la psicópata de su ex, la atractiva madre de su mejor amigo, un maníaco gerente de un club de stiptease, un director pervertido, un sacerdote lujurioso, su madre suicidio y un santo patrón con pata de camello. Nadie dijo que el amor era fácil. Mal comportamientoCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Mal comportamientoEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.Behaving Badly Mal comportamiento
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