Inspirada en los hechos que tuvieron lugar durante un intento por alcanzar el pico más alto del mundo, narra las peripecias de dos expediciones que se enfrentan a la peor tormenta de nieve conocida. En un desesperado esfuerzo por sobrevivir, el temple de los alpinistas se ve puesto a prueba al tener que enfrentarse a la furia desatada de los elementos y a obstáculos casi insuperables. EverestCritica:Interesantísima película. Fascinante en su imagen. Pero lo mejor es lo informativa que resulta. Una verdadera crónica con buenos actores y un argumente que te deja pegado a la butaca y lamentas cuando termina. En ningún momento me pareció confusa la trama como se dice en alguna crítica. Precísamente lo que trata es el atasco en la falda de turistas ávidos de poder decir a su regreso en su entorno social que escalaron hasta la cima del Everest. EverestYo no sabia que estas “excursiones” las preparaban para cualquier aficionado que se considera en forma. Llama la atención que casi todos estos turistas que pagan 65.000$, o mas, por ser guiados hasta la cumbre de una montaña de estas proporciones son cincuentones. Edad en que quizas se pueda pagar el precio de esa “excursión”, pero en la que las probabilidades de regresar muerto o maltrecho no son despreciables. En esto el film es extremadamente didáctico.EverestSeñalando lo interesantísima que es, cada cual sacará sus propias conclusiones a la pregunta central que hace el film: ¿Por qué subes alli?. La mia es que el film muestra una enorme falta de glamour en semejante escalada. En realidad la subida hasta la cumbre se exhibe como un paseo, a veces a cuatro patas, pero sin prácticamente escalada de paredes, o sea por caminos trazados previamente por los sherpas (que son los que ralmente se la juegan), que ademas ponen a los que pagan las cordadas ya colocadas en disposición de simplemente amarrarse a ellas y caminar. El “excursionista” no escala ninguna pared, ni duerme en absoluto colgado porque hoy dia los campamentos llegan hasta cer ca de la cima. Asi que todo lo que tiene que hacerse es ponerse en marcha con el guia de madrugada y por la tarde se está de vuelta si no hay accidentes. EverestSin embargo, lo que el film muestra es que a pesar de ello, con lo que realmente el turista (y los guias) lidian es con la falta de oxígeno a 8.000 m, o sea con su propio estado de salud y resistencia física, luego vienen factores circunstanciales como el de tormentas, ventiscas, etc, que pueden hacer la ascensión y/o descenso tarea imposible a pesar de las cordadas; y finalmente el frío que es el que a la postre remata al que pierde las energías para seguir adelante. Everest
Las fuerzas especiales del ejército indio ejecutan una operación encubierta, vengando el asesinato de compañeros del ejército en su base por parte de un grupo terrorista.
Bill Marks (Liam Neeson), un veterano agente del servicio aéreo de los Marshalls, se siente bastante quemado tanto con el mundo como con su profesión: no entiende su labor como un deber para salvaguardar vidas, sino como un rutinario trabajo de oficina a bordo de un avión. Sin embargo, un día, en un viaje trasatlántico de Nueva York a Londres recibe una serie de misteriosos mensajes de texto, en los que se le pide que inste al gobierno a hacer una transferencia de 150 millones de dólares a una cuenta secreta, pues, en caso contrario, un pasajero moriría cada 20 minutos. El juego del gato y el ratón se desarrollado a 40.000 pies de altura y con la vida de 200 pasajeros pendiente de un hilo. Non-StopCritica:La anterior película del director – Sin identidad – rescataba y ponía al día algunas de las sabias enseñanzas de Hitchcock y del cine de misterio, actualizando dobleces y engaños con pulso firme y auténtico talento visual, ofreciendo un entretenido divertimento que permitía diferentes lecturas y ofrecía un elaborado juego lleno de brillantez y regocijo. Pero con esta cinta se queda en mero artesano adocenado, más interesado en hacer pasar por agudo lo que no deja de ser un esforzado ejercicio de estilo, ayuno de fondo, trivial en su desarrollo y desenlace. El competente reparto se esfuerza por hacer verosímil lo imposible y deja una amarga sensación de artimaña fútil y el conjunto se precipita hacia la inutilidad más pueril. Non-StopHablar de decepción quizás sea excesivo porque la película entretiene y tiene una corrección correosa casi infalible. Pero sabe a poco, a demasiado poco. Cuando se plantea una situación única, hacen falta personajes más sugestivos y complejos para que realmente te interese lo que está pasando y sientas que todo el alboroto merece la pena, pero el embrollo es demasiado artificioso y desordenado, los personajes carecen de alma y los toscos mimbres del engaño se quedan a la vista del espectador como para que acompañemos el devenir con la necesaria tensión que nos haga olvidar el amaño o fingimiento inverosímil del conjunto. Se admira la capacidad de crear tensión en torno a (casi) nada, pero es demasiado poco y demasiado impostado como para proveer un pasatiempo meritorio.En fin, que me lo ha hecho pasar muy bien con esta «Non-Stop» por las nubes. Un agente camuflado, un chantaje millonario y la vida de más de doscientas personas en peligro. La situación es, cuanto menos, dramática, pero ahí tenemos a Bill Marks, un poderoso Liam Neeson que parte la pana como ningún otro héroe de acción, faceta interpretativa que es todo un descubrimiento, máxime si es a los sesenta años cuando se pone a dar puñetazos y a pegar tiros con toda credibilidad. Increíble actor, increíble presencia física, maravillosa interpretación. Hay una sutil diferencia entre los muy buenos y los buenos actores: la solidez del dominio escénico, el empaque de la mirada, diferente a cada personaje. Te olvidas de que Neeson esté actuando y te metes en su trama y en su historia, aunque sea la típica. Bárbaro el momento cinco contra uno. Ahí es nada.Típica, sí, con policía caído en desgracia que tiene que reivindicarse, un montón de pasajeros poniendo caras de pocos amigos para confundir y una defensa, no nacionalista esta vez, sino conservadora de un modo de vida occidental, a pesar de las flaquezas del sistema. Con todo, es tremendamente entretenida y hasta sabe cómo descargar adrenalina (en la recta final, por ejemplo), sobre todo porque simpatizamos por completo con el agente Marks, así que queremos que salga bien librado de todos sus enemigos. Las peleas, de nuevo, tienen el tic nervioso, cosa que me molesta muchísimo, pero vale, qué se le va a hacer. Acompañan al todopoderoso Neeson una simpática Julianne Moore haciendo de pasajera cotilla, el sexy Anson Mount (de quien ya dije que le quedaban genial las gafa) y Michelle Dockery como azafata que estará al tanto de los acontecimientos. Anda por ahí Lupita Nyong’o, pero no se la ve, en serio. Non-Stop
Death Race 2 tiene lugar en un futuro muy próximo, cuando la economía de Estados Unidos comienza a declinar y la delincuencia violenta inicia una espiral fuera de control. Para contener a la población penal, se crea una serie de cárceles privadas, gobernadas por bandas, asesinos a sangre fría y sociópatas. La peor de estas cárceles es Terminal Island, donde condenado por el asesinato de unos policías llega Carl Lucas, el que será el auténtico protagonista del último reality show de la Carrera de la Muerte. El ganador, si es que alguien logra sobrevivir, tiene como premio la libertad.
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