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Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al principio Elio se muestra algo frío y distante hacia el joven, pero pronto ambos empiezan a salir juntos de excursión y, conforme el verano avanza, la atracción mutua de la pareja se hace más intensa. Call Me by Your Name LlámameCritica:Una historia mil veces contada (como todas), que se nos intenta vender como si fuese el último gran triunfo del cine anticomercial frente al todopoderoso y perverso cine comercial. David frente a Goliath, el bien frente al mal. Gran trampa, pues estamos ante una cuidada labor de marketing y promoción, para un tipo de público muy sensible a ese tipo de promoción y marketing camuflados, que nos vende un producto manufacturado , como si fuese una obra de artesanía (que no de arte). Llámame Si el gran atractivo , para mí, de esta película era el guión de James Ivory, ni siquiera eso consigue convencerme. Su narración se pierde en miles de detalles meramente estéticos que no hacen sino ralentizarla. Entre plano y plano de paisajes, o de rincones hermosos o de una mosca que pasaba por allí, avanzan a trompicones y con lagunas imperdonables las relaciones entre los protagonistas y entre éstos y el resto de personajes. Un guión quizás en demasía literario. Uno de esos casos en que 100 minutos son mejor que 130. Apenas consigue rascar la superficie de los sentimientos, de los temores o los deseos de los personajes. Coloca al espectador en posición de mero "voayeur", en vez de hacerle partícipe. Desperdicia el gran potencial erótico y sensual de la historia y de cada encuentro con agotadores alardes de esteticismo.La cámara se empeña en demasía en que nos enamoremos del jovenzuelo Timothée Chalamet (al que no hay nada que reprochar), desaprovechando e incluso dejando sin sentido (por esas lagunas de que hablaba) la sólida interpretación de Armie Hammer. Sí que le regala a Michael Stuhlbarg esa confesión imposible, y un poco Disney, que para mí es la mejor escena de la película y con la que se debería haber cerrado. Pero una vez más se empeñan en alargar la historia sin sentido y darnos dos finales que por separado podrían funcionar, pero consecutivamente restan más que sumar. Llámame
Jack McCall es un agente literario que habla muy rápido, que puede cerrar cualquier trato, en cualquier momento y de cualquier manera. Ha puesto su mirada en el gurú de la Nueva Era, el Dr. Sinja (Cliff Curtis) para sus propios fines egoístas. Pero el Dr. Sinja se da cuenta, y, para darle una leccion... la vida de Jack se desmorona después de que un árbol mágico de Bodhi aparece misteriosamente en su patio trasero. Con cada palabra que Jack habla, una hoja cae del árbol y pronto se da cuenta de que cuando caiga la última hoja, tanto para él como para el árbol será su fin. Las palabras nunca le han faltado a Jack McCall, pero ahora tiene que dejar de hablar y evocar algunas formas escandalosas de comunicarse o todo habrá terminado antes de encontrar una solución a todo esto.
Una divorciada planea su venganza contra la maquiavélica amante de su exmarido a través de una exclusiva agencia matrimonial al servicio de los más ricos.
Cuatro personas se reúnen por casualidad en el tejado de uno de los edificios más altos de su ciudad para saltar al vacío. En esas situaciones, un poco de cortesía nunca está de más, pero puede traer un cambio de planes radical: tras un rato hablando, deciden que quizá sea mejor idea volver a bajar y ver qué son capaces de hacer. MejorCritica:Dice la productora de la película, Finola Dwyer, que la elección de sentar a Pascal Chaumeil en la silla de director no era la opción más obvia, concurriendo con ello en un cierto riesgo. Una vez vista 'Mejor otro día' (2014) parece una afirmación cuanto menos cuestionable. Chaumeil, director de las también mansas e inequívocas 'Los seductores' (2010) y 'Llévame a la luna' (2012), parece de hecho la opción más coherente a la hora de encarar la adaptación de la novela 'En picado' del conocido Nick Hornby (escritor de, entre otras, la célebre 'Alta fidelidad'), viendo lo cómodo que trabaja agradando al público. MejorLa película se abre con el fortuito encuentro en una azotea de Londres de cuatro desconocidos que pretenden suicidarse saltando al vacío en plena Nochevieja. Huelga decir que no lo harán, firmando un pacto de no (auto)agresión por el que sus vidas se verán entrelazadas. Lo primero que uno advierte es el delicado tema del suicidio como punto de partida, lo cual podría conducir a diversos caminos, a saber: el melodrama desaforado, el humor negro o la comedia dramática. Descartado por fortuna el primero, aunque exista alguna tentativa en la historia de Toni Collette, y desterrando de manera decepcionante la segunda vertiente, nos queda finalmente la tercera vía, el formato idóneo para desplegar, en todo su esplendor, lo que podría denominarse como marca Chaumeil. MejorEl asunto del suicidio es delicado, espinoso, tan universal como tema tabú. Ni Chaumeil ni su guionista pretenden establecer un tratado profundo sobre ello, sino que optan por convertirlo en una deriva hacia la redención personal, la cual pasa por un relato inundado de buenas intenciones, buen rollo por decreto y una indisimulada decisión de no desviarse jamás de la hoja de ruta marcada. Es cuestión puramente subjetiva decidir si ese tratamiento liviano es aceptable o no. Un servidor no lo compra, principalmente por todo lo que se deja olvidado por el camino. A Long Way Down Mejor
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