6.9
Drácula regenta un hotel en el que se alojan personajes como Frankenstein, la Momia, el Hombre Invisible, hombres-lobo... El problema del conde es que tiene una hija de espíritu aventurero a la que le resulta difícil controlar. El conflicto surge cuando se aloja en el hotel un ser humano que se siente atraído por la hija del dueño. Hotel TransilvaniaCritica:Primero, los agradecimientos: gracias a Sony Pictures por contribuir con «Hotel Transilvania» a la aniquilación neuronal, sentimental y estética de nuestra juventud. Gracias, también, por colaborar en el asesinato en masa de los mitos del folklore y la cultura occidentales, apuñalando con más saña y regocijo al ya moribundo vampiro y hombre lobo. Y, finalmente, gracias a los responsables del cine de mi pueblo por haber cambiado el Día del Espectador por una promoción que incluye entrada gratis para el miércoles siguiente; sin ella, no me hubiera visto obligada a acudir al cine y elegir una película de la deprimente cartelera, y es posible que nunca hubiera visto esta película. HotelAlgo que me llama muchísimo la atención es el sentido del humor de «Hotel Transilvania», que es preocupante, realmente preocupante. Desterrada la inteligencia, el buen tono y el ingenio, el nuevo concepto de humor para nuestros chicos fomenta lo escatológico y lo asqueroso, cuanto más mejor. Así, la película está repleta de bromas donde los pedos, la caca y todo tipo de fluidos corporales son los protagonistas, añadiendo una pizca de comida repugnante a base de lombrices y demás bichos vomitivos. ¿Dónde está la gracia? Pues no sé, porque este tipo de humor parece más bien dirigido a los hombres adultos más bastos y retorcidos. Lamentable. HotelOtro aspecto que me ha aterrorizado es ver en pantalla la moda, el carácter y la cultura oficiales, cosa que me ha dejado, literalmente, con la boca abierta. Aquí, todo lo pasado y lo clásico se rechaza; los pobre Bach, Mozart y Beethoven se hunden en la depresión ante el rechazo unánime de su estilo musical y los monstruos pierden toda su simbología y esencia tradicionales. Ahora, lo bueno es rapear y ser estridente; el «haz lo que quieras» sin ningún compromiso, incluso arriesgando la vida (como la vampiro Mavis, que quiere irse a Hawai...); los chicos sobreexcitados con bermudas, enganchados al móvil, vocabulario reducido a «que flipe» y una irresponsabilidad supina; los adultos idiotizados, débiles, sin dignidad, que no se respetan ni les respetan y a quienes los jóvenes dicharacheros, ahora los jefes, sacan de su insoportable aburrimiento con fiestas salvajes, que es lo único y verdaderamente divertido, claro. Véase al hombre lobo, por ejemplo, o al propio Conde Drácula, que sufre una regresión a la adolescencia más irreverente con un chute de adrenalina subido a una mesa y allí se quedan, en el perpetuo. Hotel