Cuando el anciano Meyer Lansky es investigado por última vez por los federales que sospechan que ha escondido millones de dólares durante medio siglo, el gángster retirado cuenta una historia vertiginosa que revela la verdad no contada sobre su vida como el notorio jefe de Murder Inc. y el Sindicato Nacional del Crimen....Lansky Critica: *Otra historia de gángsters... pero tiene sus momentos Rockaway nos acerca a Lansky, un biopic de tono dramático en torno al mundo del crimen que rodea al famoso gángster Meyer Lansky. Por supuesto no hablamos de una obra de Scorsese o Coppola, los grandes del género, pero tiene momentos muy notables en un ejercicio carente de efectismos pero efectivo. Un guion de sobra conocido, alterna entre la historia de Lansky y el momento presente tocando también la historia de un periodista que accede a contar la historia del famoso mafioso ante la falta de dinero; todo esto en un pacto por publicar su biografía después de la muerte de éste. El periodista está inspirado o ligeramente inspirado en el historiador Robert Rockaway, padre el director que tuvo la oportunidad entrevistar al conocido mafioso tiempo atrás. Inclusive también se lleva un pedacito del pastel el FBI, presente en la historia más actual. Pero resaltamos el hecho de que la cinta tiene momentos muy notables, deja palpable ciertos aspectos relacionados con la psique y la personalidad del personaje. Detalles a considerar como su activismo contra los nazis en época de guerra, su discurso y su forma de ver el negocio como empresario y su lealtad hacia el pueblo de Israel. La historia nos lleva por distintas localizaciones y momentos de su vida en un ejercicio por resumir el ascenso y caída del criminal. Cuidada fotografía y estética de la época como alicientes.... Lansky
Un año después del inicio de su romance, Callie y Joseph dejan el rancho para atender asuntos familiares en San Francisco. Suenan campanas de boda...... Una Navidad en California: Luces de la ciudad Critica: Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Una Navidad en California: Luces de la ciudad
Judith lleva una doble vida entre Suiza y Francia. Por un lado, Abdel, con quien está criando a su hija en común. Por el otro, Melvil, con quien tiene dos hijos un poco mayores. Poco a poco, este frágil equilibrio hecho de mentiras, secretos e idas y venidas se va fracturando. Ante el desenmascaramiento, Judith elige la huída hacia adelante. Madeleine Collins Critica Madeleine Collins presenta una historia compleja y exige al espectador un trabajo excesivo, que no es suficientemente recompensado en su resultado final. La trama de una persona, mujer en este caso, que lleva una doble vida –con dos familias distintas en dos países distintos– no es nueva y, de hecho, es un tema habitual en series y telefilms de sobremesa. Para distinguirse del subgénero, Antoine Barraud introduce, paulatinamente, algunos detalles diferentes, como el hecho de que las otras parejas conocen algo de la existencia de quienes conviven con Judith (la protagonista) en el extranjero. Lejos de aumentar el interés, lo que provocan estas revelaciones esporádicas es una mayor confusión del público y cierto desaliento al comprobar que las nuevas puertas que se abren en el relato llevan, inexorablemente, a otros callejones sin salida. Toda gira, como es lógico, en torno a Judith. Interpretada correctamente por Virginie Efira, tiene fuerza y una apariencia subyugante. Sin embargo, conforme avanza el metraje, la ausencia de un fundamento psicológico o histórico a su comportamiento ocasiona que el atractivo se convierta irritabilidad. Se hace muy difícil acompañarla en sus desvaríos y se anhela un final que llegue pronto, sin importarnos el destino definitivo que sufra. La debilidad del guion se manifiesta también en la segunda mitad de la película, cuando empieza a arrojar alguna luz sobre la narración. Para ello, usa distintos métodos: un manido flashback y, más interesante pero igual de ineficaz, la aparición del director israelí Nadav Lapid en el personaje de Kurt, para evidenciar la fascinación que Judith produce en los demás. Estas explicaciones, aparte de ser poco clarificadoras, llegan tarde y no consiguen levantar el interés. Es cierto que, durante la primera parte del film, Barraud logra imprimir al relato una tensión creciente que intriga al espectador, favorecida también por el buen hacer de todos los actores. Prolongar la tensión privando a la audiencia de cualquier información es lo que, finalmente, autodestruye el proyecto. Madeleine Collins
Vada es una adolescente que trata de superar los efectos secundarios que sufre tras vivir una tragedia en su instituto. Tras esta experiencia, la relación con su familia y sus amigos, así como su forma de ver el mundo, cambiarán para siempre....The Fallout: La vida después CriticA: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....The Fallout: La vida después
La historia de Michelle Payne, la primera mujer jinete en ganar la Copa Melbourne.....Ride Like a Girl Critica: Rachel Griffiths es una actriz australiana, que ha intervenido en varias películas y series de televisión. Ahora ha decido probar suerte como directora, con una historia basada en una historia real. La película se centra sobre todo en Copa de Melbourne, una de las carreras de caballos más antigua e importante del mundo. La cinta se centra sobre todo en el personaje de Michelle Payne, una joven que pertenece a una familia numerosa que se dedican a la cría y mantenimiento de todo tipo de caballos, tanto para uso recreativo, como para competición. La joven se quedó desde muy pequeña sin madre y el padre es la base fundamental de la familia. El papel de padre lo interpreta de una manera bastante correcta Sam Neill. La verdad es que el mundo de los caballos suele dar mucho juego dentro del cine, sobre todo cuando se trata de carreras de caballos, aquí la directora lo aprovecha bastante bien para regalarnos bellas imágenes de los caballos galopando y participando en las carreras. El mundo de las carreras siempre ha estado ligado a los hombres y la verdad que se puede decir que las jinetes mujeres no están muy bien vistas en estas competiciones. Pero Payne tenia claro lo quería y aunque tuvo que sufrir también la muerte de unas de sus hermanas en una carrera, nunca dejo de luchar para hacerse un hueco entre los mejores. Y encima sufrió una grave caída que estuvo a punto de dejarla parapléjica. Pero en ningún momento tiró la toalla y finalmente consiguió su objetivo, ganar la competición más importante del mundo.,,,,Ride Like a Girl
Una misteriosa mujer relata el ascenso y la caída de Nikodem "Nikos" Skotarczak, uno de los mayores mafiosos de la historia de Polonia. Inspirada en una historia real....Cómo me enamoré de un gánster Critica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....... Cómo me enamoré de un gánster