Un grupo de jóvenes se embarca en una aventura cuando descubren planes secretos para construir una máquina del tiempo, que utilizarán para arreglar sus problemas y obtener beneficios personales. Bienvenidos al ayer Critica: Mira que hay multitud de películas incoherentes, pero a veces te encuentras una que logra superar el límite para llegar a un nuevo nivel de despropósitos, hasta el punto de ir al ritmo de incoherencia por minuto, acumulando gazapos sin preocuparse de ello, evolucionando rápidamente a un engendro sin sentido. Finalizando como basura insoportable e insulto a la inteligencia del espectador. Bienvenidos al ayer La película es, a grandes rasgos, un intento de copiar 'El efecto mariposa' a lo 'Chronicle'. El fracaso se huele desde el principio, donde nos muestran a unos adolescentes repelentes que son capaces de construir una máquina del tiempo gracias a sus avanzados conocimientos de informática y física pero no son capaces de aprobar un simple examen de química de instituto o recordar un puñado de números. Son genios a tiempo parcial. Los viajes en el tiempo no tienen puto sentido, todos se contradicen entre ellos, luego te empiezan a hablar de cortocircuitos entre lineas temporales y demás ridiculeces. Hay que ver. En el spoiler especifico más este aspecto, pero dejando eso de lado, resulta muy triste ver que tras construir la máquina la usen para viajar al pasado y… hacerse populares, ir a fiestas, ligar, ir a más fiestas… Vamos, que con una máquina del tiempo hacen lo mismo que sin una máquina del tiempo. Lumbreras. Por supuesto no falta el viaje para hacerse millonario, convertir el suspenso del otro día en un aprobado, o vengarse de aquel que se burla de ti. De verdad, que mentes más limitadas. Y pretenden que me trague que tales prodigios intelectuales han sido capaces de construir la máquina. Los cojones. Bienvenidos al ayer Como en 'El efecto mariposa', los cambios comienzan a traer efectos imprevistos que hay que arreglar… una y otra vez… Pero está planteado de forma pésima. No hay drama de ningún tipo, ni emoción, las tragedias son edulcoradas, es que para empezar ni siquiera tiene sentido nada de lo que ocurre como para que te importe esta mierda y te intereses en un desenlace diferente del de todos desapareciendo de cualquier realidad para subir el coeficiente intelectual medio del universo. Pero como el final no es ese, pues terminas hasta irritado, deseoso de viajar al pasado para impedirte ver este bodrio. Bienvenidos al ayer Project Almanac
Año 1943, en plena II Guerra Mundial. Las fuerzas aliadas están decididas a lanzar un asalto definitivo en Europa. Pero se enfrentan un desafío importante: proteger durante la invasión a sus tropas de la potencia de fuego alemana, y así evitar una posible masacre. Dos brillantes oficiales de inteligencia, Ewen Montagu (Firth) y Charles Cholmondeley, son los encargados de establecer la estrategia de desinformación más inspirada e improbable de la guerra... Una historia inspirada en hechos reales basada en un 'bestseller' de Ben Macintyre...El arma del engaño Critica: Una historia interesantísima, aunque poco conocida, fue la Operacion Mincemeat (Carne picada) un plan británico engañoso, durante la segunda guerra mundial, para convencer a los nazis de que los aliados desembarcarían en Grecia y no en Sicilia y así sufrir menos bajas durante la invasión. Para ello, arrojaron en las playas de Huelva el cadáver de un hombre vestido de oficial británico con documentos que contaban los planes falsos del desembarco. Todos sabían que la España franquista colaboraba con Hitler por lo que los documentos llegarían a manos alemanas... Con un buen reparto encabezado por Colin Firth, Kelly MacDonald y Matthew Macfayden asistimos a como se urdió esta mentira tan descabellada de la que dio el visto bueno el mismísimo Churchill. Existe otra película de Ronald Neame de 1956 titulada "El hombre que nunca existió" que narra los mismos hechos. Un guion brillante de Michelle Ashford, que se basó en el libro de Ben Macintyre y que el director de Shakespeare in love" John Madden ha dirigido entre Inglaterra y Málaga, donde pudimos verla en el reciente Festival de cine donde acudió su director a presentarla.... El arma del engaño
Cuando Mark Schultz (Channing Tatum), medallista de oro olímpico, es invitado por el rico heredero John du Pont (Steve Carell) para instalarse en su magnífica residencia familiar y ayudarle a crear un campo de entrenamiento de alto nivel, con el fin de preparar un equipo para los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, Schultz dice que sí inmediatamente. Allí espera tener la posibilidad de concentrarse en su entrenamiento y dejar de quedar siempre detrás de su hermano Dave (Mark Ruffalo). Foxcatcher Critica: A priori, parece que en Foxcatcher nos vamos a encontrar con el típico biopic de deportes, de estos que rulan mucho en las temporadas de premios, pero en mi opinión, aquí el wrestling es algo secundario y los que realmente importan son los conflictos entre los personajes. Por un lado tenemos a Mark Schultz (Channing Tatum), un ganador olímpico que busca volver a ganar para dejar de vivir a la sombra de su hermano; por otro, a Dave Schultz (Mark Ruffalo), padre de familia y el hermano mayor que crió a Mark, que le apoya, le entrena y se preocupa por él; y por otro, a John du Pont (Steve Carell), un multimillonario patriota, excéntrico y, para mí, el personaje que realmente cimienta la película, aunque técnicamente no sea el protagonista. Tal y como yo lo veo, Foxcatcher utiliza la competición de lucha como telón de fondo para profundizar en las obsesiones y miedos de John du Pont, un hombre inseguro, ineficaz, triste e inestable que busca la aprobación de una madre exigente y contribuir a la grandeza de su país para sentirse útil. Mark es el que más minutos tiene en pantalla, sí, pero es la obsesión de du Pont la que desencadena la mayoría de los sucesos de la película, desde su inicio hasta su desenlace, del que hablaré un poco en la sección spoilers. Foxcatcher Con esta premisa, la película funciona gracias a tres interpretaciones geniales: cabe mencionar primero al irreconocible (gracias a un estupendo maquillaje) y muy, muy, muy perturbador Steve Carell en un papel que supone un enorme punto de inflexión en su carrera. Olvidad al jefe odioso de The office y al simplón de Virgen a los 40. Foxcatcher no es una comedia, es un producto dramático con una atmósfera sucia, enrarecida, tensa y extrañamente incómoda, y buena parte de ello se debe a la interpretación de Carell. Por si fuera poco, sus dos compañeros de reparto saben estar a su altura: Tatum demuestra bastante instinto al saber equilibrar la intensidad y la contención según lo requiera la escena, mientras que Ruffalo es tremendamente natural en su papel de hermano cariñoso y protector. Para mí, son ellos tres los que convierten una película interesante en una película buena. La fotografía, por su parte, está llevada con mucha inteligencia y contribuye enormemente a crear la tensión necesaria. Foxcatcher
En el año 2017, una plaga ha transformado a la mayor parte de la población mundial en vampiros. La población humana se acerca a la extinción y los vampiros deben capturar a los que quedan y crear granjas humanas, o encontrar un sustituto de la sangre lo antes posible. Sin embargo, un grupo secreto de vampiros hace un descubrimiento que tiene el poder de salvar la raza humana.Daybreakers La hermandad Critica: Los primeros 20-25 minutos de Daybreakers podrían ser sin mayor problema lo mejor que ha dado el cine vampírico en años. Imaginación y fuerza narrativa, una mezcla que no siempre va unida y que -desgraciadamente- suele ser poco satisfactoria en los intentos que se han hecho. Los dos últimos años han sido una etapa de inconformismo: mientras que la saga Crepúsculo rompe records de taquilla gracias a los vampirillos de dientes de leche, han surgido paralelamente otro tipo de films del subgénero que han intentado darle la vuelta y hacerlo propio. Thirst de Park Chan-wook por un lado, Let the Right One In por otro y paralelamente, en televisión, la serie de la HBO True Blood. Daybreakers, o la primera media hora ya comentada, se une a este último grupo, a “la resistencia”. La hermandad Los vampiros no dan miedo, no son seres de ultratumba que reaparecen por alguna maldición mal pronunciada ni buscan lanzarse al cuello de la primera damisela que se pone a tiro. De hecho la socidad ha cambiado y son los vampiros los que dominan el mundo, habiendo quedado la población humana recluida, casi extinta. ¿Qué harán los vampiros sin sangre? Según recientes estudios, su sed les haría convertirse en una (mala) suerte de murciélagos antropomórficos bastante feos, salvajes, sin conciencia. Y no quieren ser así, claro. Por ello, en esta sociedad futura, se está investigando un suero o un remedio, un sustituto para la sangre humana, dado que incluso las reservas donde estos son criados están acabándose. Y aquí empieza todo. La presentación de este universo coherente, con sus reglas, y las contradicciones morales del protagonista (interpretado por Hawke sin demasiada garra) ocupan este bloque que termina en el momento en el que un personaje que hasta ese momento había sido secundario irrumpe en la casa del protagonista y le pide ayuda. La hermandad
Tras el 11S, un condecorado general recibe el encargo de comandar las tropas estadounidenses en Afganistán. Intereses políticos, alianzas y trampas de todo tipo acompañarán su recorrido hasta el campo de batalla. Adaptación de la novela "The Operators", una sátira sobre las operaciones militares que sucedieron a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. War Machine Critica: Resulta casi imposible clasificar una película como “Máquina de guerra”, imposible en todos los aspectos tanto técnicos como artísticos. ¿Es "Máquina de guerra" una buena película? Pues sí y no: digamos que es una película fallida con magníficos momentos aislados. ¿Es una comedia o un drama? Tiene de todo y todo funciona tan bien como mal, tan cohesionado en algunos momentos como innecesario en otros (sobre todo en ese equivocado tramo final). El guion es magnífico pero la manera en que se desarrolla dinamita toda posibilidad de que el espectador sienta la menor simpatía (o empatía) por los personajes o las situaciones (tan solo aquellos que caen en la caricatura como Ben Kingsley consiguen captar brevemente nuestra atención). La historia real de este comandante en jefe enviado a Afganistán para “solucionar” el conflicto es todo un error de concepto, tanto en la manera como está contada como en los medios que utiliza para hacerlo. Algunos actores están espléndidos (Ben Kingsley, Meg Tilly o Anthony Michael Hall) pero otros actores apenas entienden sus papeles, en especial un Brad Pitt que roza la genialidad y el patetismo interpretativo a cada paso que da el comandante que interpreta. War Machine No es una mala película, pero sí que es una película fallida, una mezcla confusa de géneros (político, bélico, comedia, biografía, drama, sátira, denuncia…) que nunca acaba de funcionar pero que tiene momentos aislados realmente brillantes (demasiado aislados). ¿Es una película entretenida? Por supuesto que lo es, pero eso no significa que sea buena. Es como si los hermanos Coen se juntasen con Clint Eastwood y pretendiesen ser Billy Wilder. Una misión suicida, nunca mejor dicho. War Machine
Riz Ahmed interpreta a Malik Khan, un exmarine que, después de varios viajes a zonas de guerra, vuelve a casa y se entera de un siniestro secreto: una especie alienígena de insectos se está apoderando de los cuerpos de las personas con apariencia normal... La invasión Critica: sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... La invasión